25/9/15

Cuentos: "EL PIOJITO Y LA PULGUITA" - Hermanos Grimm [25-9-15]


EL PIOJITO Y LA PULGUITA
Hermanos Grimm - Cuentos de Siempre


Un piojito y una pulguita vivían juntos en el mismo hogar y estaban fabricando cerveza en una cáscara de huevo. El piojito entonces cayó dentro y se abra­só. La pulguita al verlo se puso a gritar. La pequeña puerta del cuarto dijo entonces:
 
-¿Por qué gritas, pulguita?
 
-Porque el piojito se ha abrasado.
 
La puertecita se puso a chirriar. Habló entonces una escobita que había en un rincón:
 
-¿Por qué chirrías, puertecita?
 
-¿Cómo no voy a chirriar si el piojito se ha abrasado y la pulguita está llorando?
 
Así, la pequeña escoba se puso a barrer terrible­mente. Pasó entonces por allí un carrito y dijo:
 
-¿Por qué barres, escobita?
 
-¿Cómo no voy a barrer si el piojito se ha abrasado, la pulguita está llorando y la puertecita chirriando?
 
El carrito dijo entonces que iba a correr terrible­mente, y se puso a correr terriblemente. Pasó co­rriendo junto al montoncito de estiércol y éste dijo:
 
-¿Por qué corres, carrito?
 
-¿Cómo no voy a correr si el piojito se ha abrasado, la pulguita está llorando, la puertecita chirriando y la escobita barriendo?
 
El montoncito de estiércol dijo entonces que iba a empezar a arder, y se puso a arder terrible­mente. Había allí un arbolito que le dijo:
 
Montoncito de estiércol, ¿por qué ardes?
 
-¿Cómo no voy a arder si el piojito se ha abrasado, la pulguita está llorando, la puertecita chirriando, la escobita barriendo y el carrito corriendo?

Entonces el arbolito dijo que se iba a sacudir, y se sacudió y perdió todas sus hojas. Aquello lo vio una muchachita que llevaba un cantarito y dijo:

-Arbolito, ¿por qué te sacudes?

-¿Cómo no me voy a sacudir si el piojito se ha abrasado, la pulguita está llorando, la puertecita chirriando, la escobita barriendo, el carrito corriendo y el montoncito de estiércol ardiendo? Luego la muchachita dijo que iba a hacer pedasos su cantarito e hizo pedazos su cantarito.

-Muchachita, ¿por qué haces pedazos tu canta­rito? -dijo entonces la fuentecita.

-¿Cómo no voy a hacer pedazos mi cantarito si el piojito se ha abrasado, la pulguita está llorando, la puertecita chirriando, la escobita barriendo, el carrito corriendo, el montoncito de estiércol ardiendo y el arbolito sacudiéndose?

-Ay -dijo la fuentecita-, pues entonces yo me voy a desaguar.

Y se puso a desaguarse tan terriblemente que se ahogaron todos: la muchachita, el arbolito, el mon­toncito de estiércol, el carrito, la escobita, la pulgui­ta y el piojito.

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